Montemarano

El municipio de Montemarano se encuentra en la zona del Valle del Calore. Es un pueblo de 2821 habitantes situado a 820 metros sobre el nivel del mar y a 25 km de Avellino. El territorio abarca 34,01 km² y los municipios vecinos son: Cassano Irpino, Castelfranci, Castelvetere sul Calore, Montella, Nusco, Paternopoli y Volturara Irpina. Está atravesado por el río Calore. 
La etimología del nombre puede derivar del latín Marius, al que se añade el sufijo -anus, que indica pertenencia. Sus habitantes se llaman montemaranesi y San Juan es su patrón. 
 

LUGARES DE INTERÉS

    Castillo medieval: construido probablemente en la segunda mitad del siglo VIII, domina el pueblo desde su punto más alto, a 820 metros.
    Iglesia de Santa Maria Assunta: iglesia matriz y catedral hasta 1818, fue mencionada por primera vez en una bula papal del papa Esteban IX.
    Cripta medieval - Antigua cámara subterránea de la iglesia catedral de Santa Maria Assunta: restaurada en 1984 y reabierta al culto el 16 de febrero de 1985, alberga las reliquias de San Juan.
    Museo Etnomusicale: museo, centro internacional de estudios e investigación de la tradición musical dedicado a Celestino Coscia y Antonio Bocchino.
    Museo dei Parati Sacri: colección de tejidos italianos realizados entre los siglos XVI y XX en la Iglesia del Purgatorio.
    Otros: Palazzo Episcopale, Palazzo Martucci, Iglesia del Corazón de Jesús, Iglesia de la Inmaculada Concepción, Iglesia de San Juan Obispo, Iglesia del Purgatorio, Iglesia de SS. Juan y Pablo. 
     

EVENTOS

    Carnevale Montemaranese: gran acontecimiento que atrae a miles de turistas, con desfiles típicos de disfraces y la tradicional tarantela de Montemarano.
    Festa del Bosco: también conocida como la «Festa dell'Emigrante» (Fiesta del Emigrante), se celebra en el bosque de Montemarano los días 17 y 18 de agosto y ofrece música, puestos de comida, vino y la tarantela de Montemarano.
    Fiesta de San Juan: fiesta dedicada al patrón el 21 de agosto, acompañada de un esperado evento enogastronómico.
    Tarantella Mirabilis: evento promovido por la Escuela de Tarantella de Montemarano con motivo de «Tarantella for Africa", que se celebra los días 14 y 15 de agosto. 
     

PLATOS Y PRODUCTOS TÍPICOS

     Maccaronara: pasta típica hecha a mano servida con ragú de cerdo, conocido como ragú alla montemaranese. 
     Taurasi DOCG: vino de gran tradición elaborado a partir de una vid de orígenes muy antiguos: bien estructurado, elegante y austero pero, al mismo tiempo, equilibrado y tánico; apto para un envejecimiento muy largo, también gracias a su estructura, mineralidad, buena graduación alcohólica y plenitud. 
     Uva Coda di Volpe Rossa PAT: con sus bayas ricas en flor y envueltas en una gruesa piel de color rojo oscuro, puede utilizarse como uva de mesa o para la producción de su vino homónimo.
     Castaña de Montella IGP: producto con semilla de pulpa blanca, crujiente y de agradable sabor dulce, presenta elevadas características de conservabilidad, sabor y fragancia y está considerada entre las mejores castañas producidas en Italia. 
     Caciocavallo Silano DOP: queso semiduro, de pasta hilada, elaborado con leche de varias vacas, entre ellas podólica.  
     

DATOS CURIOSOS

Giambattista Basile (1566-1632), gran hombre de letras y el primero en utilizar el cuento de hadas como forma de expresión popular, fue señor de Montemarano de 1615 a 1617, como gobernador de la familia Caracciolo, y allí completó su obra maestra «Lo cunto de li cunti».  
En la Basílica Superior de Asís, entre los frescos pintados por Giotto sobre la historia de San Francisco, se encuentra el titulado «Confesión de la Resucitada"», que representa el milagro de una mujer de Montemarano que, tras morir sin poder confesarse, es resucitada por San Francisco ante el asombro de su familia. 
 

ANTECEDENTES HISTÓRICOS

La historia de Montemarano comienza en la época de las guerras entre romanos y samnitas: se dice incluso que los orígenes antiquísimos de la ciudad están atestiguados por la existencia de un templo dedicado a Júpiter, en la colina donde hoy se alza la iglesia de Santa Maria Assunta. 
Según la tradición, su fundador fue un tal Mario Egnazio, valeroso guerrero de Irpinia, conocido por haber hecho inexpugnable el territorio montemarano frente a las incursiones bárbaras. Convertida en sede diocesana, bajo el episcopado de San Giovanni, Montemarano conoció un período de paz y esplendor, al que siguió una sucesión de diversas familias: Della Marra, Caracciolo, Della Leonessa, Strambone, Cattaneo y Berio. 
El último señor de Montemarano fue el marqués Giacomo Berio, libretista del compositor Gioacchino Rossini (1792-1868). La larga dinastía diocesana terminó, sin embargo, en 1818, cuando se fusionó con la de Nusco.

 Una forma de sumergirse de lleno en la belleza de una nueva cultura es meterse de lleno en ella. Montemarano también es una oportunidad para aprender un baile tradicional típico de su cultura, la tarantela.