Collegiata di San Giovanni Battista

La falta de documentos que indiquen la fecha de construcción de la Colegiata de San Juan Bautista, o Chiesa del Borgo, no permite su datación exacta. Sin embargo, sus orígenes son ciertamente medievales y más o menos contemporáneos respecto al Castillo, ya que la Colegiata se alza en el corazón del pueblo, cerca de la estructura defensiva. Por lo tanto, con toda probabilidad, como en tantos otros lugares, se construyó a poca distancia de la fortaleza defensiva. Sin embargo, algunos datos solo se remontan a la época del virreinato español. Una de las cuatro campanas originales del campanario de la iglesia llevaba la fecha de 1521 y otra fue inaugurada en 1565 por el duque de San Martino, Vittorio Loffredo. Sin embargo, dichas campanas ya no existen, ya que el metal se utilizó para obtener dos campanas nuevas en 1921 fundiendo las anteriores. La configuración actual del edificio religioso, en sus rasgos dominantes, se remonta a los siglos XVII-XVIII, a la época del cardenal Orsini, arzobispo de Benevento, más tarde papa Benedicto XIII. Vincenzo Maria Orsini, de hecho, visitó repetidas veces el valle de Caudina y se detuvo en la iglesia parroquial de San Juan Bautista el sábado 11 de octubre de 1687, cuando celebró misa, visitando posteriormente las demás iglesias de la ciudad, que eran numerosas en aquella época, muchas de las cuales han desaparecido, pero de las que quedan vestigios en los topónimos del casco antiguo. La importancia de la iglesia parroquial de San Juan Bautista había ido creciendo gradualmente con el paso del tiempo. De hecho, a partir de una jurisdicción limitada, que solo afectaba a una pequeña parte del antiguo pueblo, a raíz de la bula del 22 de noviembre de 1736 del arzobispo de Benevento, el cardenal Serafino Cenci, la Iglesia fue elevada a la categoría de «Colegiata» mediante la supresión del arciprestazgo en la iglesia de San Martín Obispo y la transferencia de los bienes a la Colegiata de San Juan Bautista. La reacción del pueblo de San Martino y de las autoridades públicas, así como los desacuerdos entre los prelados, llevaron al nuevo cardenal Giovanni Battista Colombini, en 1766, a volver al estado anterior, con la iglesia de San Martino parroquial y el arciprestazgo, pero manteniendo vivo el Colegio de los Canónigos. La Colegiata tiene una sola nave con una serie de capillas laterales. En el interior, que conduce al campanario cuadrado, además de la pila bautismal, hay un confesionario del siglo XVIII bien conservado. En el interior de la Colegiata se encuentran dos interesantes lápidas. La primera está tapiada en el lado derecho del ábside y hace referencia a la Consagración de la Iglesia el 12 de agosto de 1694. La inscripción en latín recuerda la concesión de una indulgencia de cien días a los fieles. Mucho más interesante, sin embargo, es la segunda placa, vinculada al culto medieval de San Martino a San Palerio Obispo y su diácono San Equicio, situada bajo el altar mayor. Esta placa sella el lóculo que contiene las reliquias de los santos, que fueron enterradas allí el 5 de marzo de 1713 en presencia de Vincenzo Maria Orsini, cardenal arzobispo de Benevento, tras haber sido encontradas accidentalmente el 16 de junio de 1712 por unos albañiles mientras trabajaban en los cimientos de un nuevo edificio.  
Tras repetidas renovaciones, la iglesia se restauró por completo en el 2015.