Castello di Rocca San Felice

El Castillo de Rocca San Felice, también conocido como «Donjon», es un lugar de interés histórico situado en el punto más alto de este pueblo de la Irpinia.

La fortaleza forma parte de una zona fortificada a la que se hace referencia en documentos antiguos como Castellum Sancti Felicis y más tarde como «Rocca». La estructura defensiva fue construida por los lombardos sobre un espolón rocoso para apoyar una estrategia defensiva contra los bizantinos y por motivos de vigilancia, tras la lucha por la apropiación del ducado de Benevento, posteriormente escindido del principado de Salerno. Los derrumbes y daños causados por catástrofes naturales en el emplazamiento han alterado enormemente la estructura de la fortaleza que, a lo largo del tiempo, ha sufrido varias modificaciones y ampliaciones, con obras que primero enfatizaron la finalidad defensiva, como las que llevaron a la construcción del bastión sur, y luego enfatizaron la finalidad residencial, con la construcción del Palatium y de un edificio de uso residencial. Con el tiempo, la «Rocca» perdió ambas funciones, convirtiéndose con el tiempo en un simple taller de herrería, hasta que fue abandonada y vaciada gradualmente.

De todo el recinto fortificado, hoy en día quedan visibles: el portal que permitía el acceso a la estructura y que ahora se encuentra en la entrada del Palacio De Antonellis-Villani, en la plaza San Felice; las murallas circundantes y el «Donjon» (o torre cilíndrica), que servía de punto de apoyo a toda la estructura y con el que aún se identifica el castillo. Erigido en el siglo XII con un diámetro de diez metros, se construyó con la técnica de rellenar las dos cortinas de piedras que formaban la fachada interior y exterior, por lo que se conoce como «pirca», y se desarrolló en cuatro niveles: el primero contenía la cisterna, que aún es visible; el segundo se utilizaba como cocina, como se deduce de la presencia del pozo y el horno-chimenea; el tercero y el cuarto, por último, tenían habitaciones con estructuras residenciales. En la parte superior del torreón había una cubierta con función de vigilancia, construida para recoger el agua de lluvia y conducirla al primer nivel y luego a la cisterna.

Aunque con el paso de los siglos ha perdido su doble función defensiva y residencial, el Castillo de Rocca San Felice aún se alza orgulloso sobre la localidad de la Irpinia y el hermoso valle de Ansanto.