Castello-Carcere Borbonico di Montefusco

 La prisión-castillo borbónica de Montefusco es un lugar de interés histórico situado en la plaza del mismo nombre.

 Debido a su posición elevada, el pueblo fue elegido como lugar privilegiado para la construcción de una fortaleza inexpugnable. De planta cuadrangular y rodeada de murallas, fue ampliada posteriormente por los normandos y se convirtió, entre los siglos XII y XIII, en uno de los centros fortificados y administrativos más importantes y estratégicos en su poder. Las continuas transformaciones y adaptaciones han afectado a la fortaleza: Federico II, tras algunas obras de reforma, lo elevó a castillo imperial; tras la dominación angevina, pasó a manos de los aragoneses, momento en el que se transformó en sede de la Corte de la Real Audiencia Provincial del Principado de Ultra, del que, en 1581, Montefusco se convirtió en capital. Fue bajo el reinado de Fernando II de Borbón cuando, en 1851, el antiguo castillo se convirtió en prisión política para los patriotas antiborbónicos y pronto se hizo famoso por la severidad aplicada a los prisioneros, las torturas, las malas condiciones ambientales y los castigos infligidos. Por estas tristes razones, también se le llama «El Spielberg de Irpinia».  Tras la Unificación de Italia, la cárcel se convirtió en prisión de distrito hasta 1923 y fue declarada Monumento Nacional en 1928.

 Los muros limítrofes, no muy gruesos, tenían la función de reforzar los terraplenes salientes construidos sobre la roca, sobre los que estaba edificado Montefusco y a cuyo centro se accedía a través de tres puertas: Porta Canale, Porta Tezza y Porta San Bartolomeo. La parte norte de la estructura fue excavada en la roca; el suelo de guijarros, las pesadas puertas y los elementos de hierro siguen siendo visibles hoy en día, incluido el «puntale», un gran anillo clavado en la pared o en el suelo, a través del cual se inmovilizaba al prisionero mediante una cadena. A la entrada se encuentra la zona conocida como «de selección», destinada a recibir, durante la hora de patio, únicamente a presos condenados por delitos no graves. Las salas están dispuestas en dos naves superpuestas: a la izquierda, una pequeña escalera cuadrada de piedra da acceso a la nave superior, con celdas estrechas y oscuras; a través de otra pequeña escalera, se accede a la parte más alejada de la estructura, la nave inferior, donde altas ventanas enrejadas iluminan tenuemente una gran sala.

 En la actualidad, además de ser la sede del municipio, la prisión-castillo se utiliza para albergar diversos actos, como exposiciones, conferencias y otros eventos culturales.