Castello di San Barbato

El Castillo de San Barbato se encuentra en la aldea del mismo nombre, en el municipio de Manocalzati.

Fortaleza que domina el pueblo medieval circundante y todo el valle del Sabato, el castillo fue construido en la época lombarda, probablemente ya en los siglos VII-VIII, como atestiguan la canonización de San Barbato, obispo de Benevento, que coincidió con la conversión de los lombardos al cristianismo, y la presencia, en el interior, de una capilla dedicada al Arcángel San Miguel, al que los invasores eran particularmente devotos.  
La existencia del Castillo de San Barbato está atestiguada oficialmente, por primera vez, en un documento de 1146: un pergamino conservado en la biblioteca de Montevergine, que da cuenta de un encuentro entre el señor del cercano Castillo de Serra, un tal Piero, y el señor de San Barbato, Malfrido, para resolver una cuestión relativa a la propiedad de unas tierras en la frontera de ambos territorios. 
En los siglos posteriores, el castillo siguió las vicisitudes del pueblo del mismo nombre, municipio autónomo hasta 1869: en diversas fases históricas fue propiedad de las familias Filangieri, Albertino, Gattola y Patroni Griffi.

En la actualidad, el Castillo de San Barbato presenta los rasgos claros de una fortaleza aragonesa del siglo XV, al mismo tiempo que conserva algunos rasgos típicos de la época lombarda. La estructura consiste en un edificio cuadrangular sencillo y bajo, con torres en las esquinas de los vértices del edificio central, que encierra el patio interior, con una escalera abierta en el espacio del patio. Sin embargo, el castillo presenta una peculiaridad en comparación con otras estructuras similares: las dos torres del lado sur tienen forma circular en escarpa, mientras que las otras dos, situadas en el lado norte, tienen forma de punta. 
El portal de entrada, situado en lo alto de una elevada escalinata, da acceso al patio central, al que dan todas las habitaciones de la planta baja, cubiertas por grandes bóvedas de cañón. Entre ellas destaca la hermosa terraza mirador, que permite disfrutar del maravilloso paisaje del valle del Sabato.

El Castillo de San Barbato, una de las mansiones más fascinantes de la Irpinia, sigue vivo gracias a las actividades y eventos culturales que acoge.