Cattedrale di Sant'Antonino Martire

La Catedral de Sant'Antonino Martire es un lugar de culto situado en Sant'Angelo dei Lombardi, en la plaza Domenico Fischetti.

La Iglesia Matriz de esta localidad de la Irpinia, que data de 1076, año en que se estableció el edificio de culto bajo el papado de Gregorio VII, sufrió una importante transformación en el siglo XVI. Como tantas otras estructuras históricas y religiosas situadas en la Irpinia, la Catedral de Sant'Antonino Martire resultó gravemente dañada por el terremoto del 23 de noviembre de 1980, que provocó el derrumbe del ábside y de varias bóvedas, el desgarro de la fachada y la caída de dos tramos del campanario. Cerrada al culto durante dos décadas, reabrió sus puertas en los primeros años del tercer milenio, convirtiéndose en el emblema del renacimiento de la comunidad de Sant'Angelo dei Lombardi.

En la actualidad, el edificio religioso se erige en Catedral de la Archidiócesis de Sant'Angelo dei Lombardi-Conza-Nusco-Bisaccia. La fachada del siglo XVI, que domina la plaza de enfrente, es de piedra local y travertino. El portal de entrada de piedra, de la primera mitad del siglo XVIII, está coronado por tres maravillosas estatuas de época normanda, que representan a Cristo resucitado en el centro y, a sus lados, a San Miguel Arcángel y San Antonino Mártir. La hermosa e imponente fachada está flanqueada por un alto campanario de planta cuadrada, mutilado por el terremoto de 1980. Su interior, en forma de cruz latina, consta de tres naves delimitadas por pilares con bóveda de cañón y, adornado en estilo barroco, presenta abundantes estucos y columnas con capiteles muy decorados. El ambiente sagrado alberga varias capillas y obras de arte, como estatuas de santos del siglo XVIII colocadas en las naves laterales, un crucifijo de madera colocado en el ábside, procedente de la abadía de Goleto y, tras el altar mayor, el admirable coro de madera del siglo XVIII. A la derecha de la entrada hay un monumento fúnebre erigido en memoria de Nicola Cecere, a cuyos pies se encuentra la lápida de Michele Cecere, obispo del siglo XV. Entre las pinturas, las más significativas son la «Virgen de Montevergine» de Angelo Michele Ricciardi (1672-1753) y el «Cristo Redentor» de Domenico Antonio Vaccaro (1678-1745).

Tesoro de arte y símbolo de renovación para una comunidad civil, creyente y generosa, la Catedral de Sant'Antonino Martire es uno de los testimonios histórico-artísticos más importantes de la Irpinia.