Ruderi del castello longobardo

El castillo de Solofra se alza en la ladera sur del monte Pergola-S. Marco, que limita al norte la cuenca de los Montes Picentinos   
La montaña, con el importante espolón rocoso de Castelluccia, dominaba la vía de comunicación con el valle del Sabato, que discurría por el seno del Vallone dei Granci y era utilizada tanto por los samnitas como por los romanos.   
En aquel momento había dos, según el plano y las fotografías. Permitían la comunicación con otros puestos defensivos de la cuenca, Castelluccia y Chiancarola, y la llanura de Montoro, y controlaban las dos rutas de acceso hacia el oeste y el este.  La torre oeste tenía una cámara en la planta baja llamada «la cueva», con bóveda de cañón y una pequeña ventana ovalada. La torre este tenía orificios en el suelo del último piso que permitían recoger el agua de lluvia en una gran cisterna situada en la base de la torre.   
El tejado tenía una parte de hormigón, conocida como camino de ronda, a la que se accedía desde las torres a través de dos trampillas; a lo largo del perímetro del edificio había aspilleras (que llegaban al pecho de un hombre) y almenas (de tres metros de altura). La parte central estaba cubierta por tejas normales y de madera y había tres trampillas que conducían a las salas inferiores. En el centro había un asta con palancas para accionar los espejos de las torres del castillo.

En la actualidad, el castillo conserva gran parte de la zona norte, con la torre del homenaje y la torre noroeste, ambas con aljibes con bóveda de cañón y enlucido hidráulico en la base. Se conservan las estancias residenciales descritas anteriormente, incluida una interesante parte gótica, que comunicaba el primer piso de la torre del torreón con lo que eran las estancias superiores, una parte con pequeñas bóvedas de crucería ojival. También se conservan varias secciones de las murallas de la ciudad.

Muchas partes y algunas salas del castillo permanecen ocultas bajo los escombros de derrumbes pasados o bajo una espesa vegetación que ha cubierto, a veces por completo, los muros y salas restantes, muchos de los cuales corren grave riesgo de derrumbarse.